Padre Darío y la Reorganización Gubernamental

Padre Darío y la Reorganización Gubernamental

Una de las innumerables enseñanzas del Padre Darío, fue expresada en su respuesta a la pregunta de si se consideraba más escritor que sacerdote. Su contestación fue magistralmente reveladora: “hace mucho tiempo que me cuesta hacer disecciones. Yo vivo mi vida como un todo... no hago ese tipo de separaciones sino que me siento que soy un todo complejo.”(El Nuevo Día, 17 de mayo de 2015)

Aplicada la enseñanza a un contexto organizacional, lo expuesto por el Padre Darío es contrario a lo que ocurre cuando se plantean reorganizaciones administrativas en las agencias y corporaciones del gobierno. Generalmente, esta acción se vislumbra de una forma seccionada o fragmentada, teniendo a su vez su epicentro en los “modelos mentales” de los que trabajan en la misma. Abogados, ingenieros, contables, médicos y otros profesionales fueron adiestrados particularmente en las especialidades de sus disciplinas. Crecieron y se desarrollaron estrictamente en unos de los componentes de un todo organizacional. Por lo que, esta forma de pensar, axiomáticamente, tiene como producto que las soluciones a los problemas percibidos sean gestadas para las partes de lo que evidentemente es un sistema complejo. Lo que a su vez resulta en que el remedio no resuelva la situación que se pretende arreglar. En nuestro entorno son innumerables los ejemplos en la historia de las reorganizaciones gubernamentales. Solamente tenemos que hacer una búsqueda en los reportajes del Nuevo Día. 

Para hacer sentido a lo indicado es necesario entender lo que implica un sistema complejo de administración gubernamental. La clave está en las palabras sistema y complejo. Sistema se refiere a la interacción de dos o más componentes estructuradosde forma tal que producen un resultado o producto que no sería posible si esos componentes no se organizaran e interactuaran de una manera particular. El agua no sería agua si no se combinara (estructura e interacción) con dos átomos de hidrogeno y uno de oxigeno. Complejo se refiere al número de interacciones necesarias para obtener un resultado. Esto es, mientras mayor sea el número de interacciones mayor es la complejidad. Ejemplos: el sistema que llamamos ser humano, la economía, el sistema educativo así como el de salud. Lo que sugiere, por definición, que complejidad no implica complicado desde este punto de vista, más bien mientras mayor es la complejidad mayor es la capacidad del sistema de potenciar resultados que bajo circunstancias simples no serían posibles. De hecho, así se desarrolló la vida en nuestro planeta. De organismos unicelulares a multicelulares, de organizaciones simples a sistemas sociales y tecnológicos complejos.

Maestros como Ackoff, Forrester y Kauffman, con los que compartí en mis estudios, sugieren que un sistema complejo no puede ser entendiendo, rediseñado o reorganizado fragmentando o separando sus componentes. Mediante esa metodología se pierde la propiedad esencial de todo sistema; la interacción entre las partes. Es esta interacción el componente crítico en el resultado de un sistema. Esta ecuación la entendía muy bien el Padre Darío cuando decía que el ser humano es un todo y no se puede dividir en partes. Por lo tanto, cuando recomendamos a través del análisis (disección, fragmentación, separación) reorganizar el aparato administrativo gubernamental perdemos de perspectiva el componente principal determinante de los resultados de un sistema. Esto es, la interacción entre las partes, tal y como ocurre con la combinación hidrogeno/oxigeno que tiene como corolario agua. 

La tesis principal de mi investigación sobre diseño organizacional me llevó a plantear, utilizando como analogía ideas de la biología o la física, que toda organización, independientemente su lugar geográfico, sea con o sin fines de lucro está compuesta y obtiene sus rendimientos a través de las interrelaciones de sus genes o dimensiones. Estos consisten en el entorno, logísticas operacionales, normativas, cultura, recursos, liderazgo, grupos de influencias o poder internos y contextos históricos en tiempo y espacio, entre otros elementos. Si trabajamos reorganizaciones utilizando como marco de referencia uno o varios de los componentes antes indicados de forma aislada y además no tomamos en cuenta las interrelaciones entre estos, los resultados serán distintos o contrarios a los esperados. Es como si pretendiéramos reorganizar el agua cambiando únicamente la relación de un átomo de oxigeno sin tomar en cuenta el efecto de los dos de hidrogeno. El agua no “mojaría” más. Como diría el Padre Darío, es un todo complejo.

Gracias Padre Darío.